El «Shibari» puede ser analizado a la luz de «Mil Mesetas» de Gilles Deleuze y Félix Guattari de manera rica y compleja. «Mil Mesetas» es un texto fundamental en la filosofía postmoderna, conocido por su enfoque no lineal y rizomático sobre diversos temas, incluyendo la subjetividad, la política y la cultura. Aquí se presentan algunas formas en las que se pueden conectar el shibari con las ideas desarrolladas por Deleuze y Guattari en «Mil Mesetas»:

1. Rizoma y Fluidez

Deleuze y Guattari proponen el concepto de rizoma como una estructura de conocimiento y experiencia que no sigue una jerarquía o una línea recta, sino que se expande en múltiples direcciones. El shibari, en su práctica, puede ser visto como un rizoma, donde no hay una secuencia fija o un objetivo final específico. Las ataduras pueden comenzar en cualquier lugar del cuerpo, extenderse en múltiples direcciones y crear formas únicas que no siguen un patrón predefinido, reflejando la naturaleza rizomática de la experiencia.

2. Cuerpos Sin Órganos (CsO)

El concepto de Cuerpo sin Órganos (CsO) es central en «Mil Mesetas». Se refiere a un estado de existencia donde el cuerpo no está limitado por sus funciones orgánicas y jerárquicas, sino que es un campo de potencialidad y flujo de intensidades. En el shibari, el cuerpo atado puede experimentar una sensación de desorganización y reorganización. Las cuerdas transforman el cuerpo en un CsO al redistribuir las intensidades del placer y el dolor, creando nuevas posibilidades de sensación y percepción que van más allá de la función orgánica tradicional.

3. Deterritorialización y Reterritorialización

Deleuze y Guattari utilizan los términos «deterritorialización» y «reterritorialización» para describir procesos de desarraigo y reconfiguración. El shibari puede deterritorializar el cuerpo, es decir, quitarle su configuración y movimiento habitual, para reterritorializarlo en nuevas formas y posiciones a través de las ataduras. Este proceso puede ser físico, afectivo y simbólico, creando nuevos territorios de experiencia y significado para los participantes.

4. Líneas de Fuga

Las líneas de fuga son trayectorias de escape que rompen con las estructuras establecidas y permiten la creación de nuevas posibilidades. En el shibari, las cuerdas pueden ser vistas como líneas de fuga que trazan nuevas trayectorias sobre el cuerpo. Estas líneas no sólo reconfiguran el cuerpo físicamente, sino que también pueden abrir nuevas vías de pensamiento y sentimiento, permitiendo a los participantes explorar aspectos de sí mismos y de su relación que estaban previamente inexplorados o reprimidos.

5. Micropolítica y Subjetividad

«Mil Mesetas» aborda cómo las micropolíticas afectan la formación de subjetividades. El shibari puede ser una práctica de micropolítica donde las dinámicas de poder, control y entrega son continuamente negociadas. El rigger y el model participan en una danza micropolítica donde las ataduras no sólo modifican el cuerpo, sino también las subjetividades de ambos, creando nuevas formas de ser y de relacionarse.

6. Intensidades y Afectos

Deleuze y Guattari se interesan por las intensidades y los afectos como fuerzas que modelan la experiencia. En el shibari, las cuerdas actúan como conductores de intensidades, modificando las sensaciones y los estados emocionales de los participantes. La tensión de las cuerdas, la presión sobre la piel, y la inmovilidad pueden generar una gama de afectos que transforman la experiencia corporal y emocional de quienes participan.

7. Experimentación y Creación

Finalmente, Deleuze y Guattari ven la vida como un campo de experimentación y creación. El shibari, como forma de arte y práctica erótica, es una manera de experimentar y crear nuevas formas de relación, de placer y de significado. Cada sesión de shibari es una oportunidad para explorar el cuerpo y la mente de nuevas maneras, para experimentar con límites y posibilidades, y para crear una experiencia estética y emocional única.

En resumen, el shibari puede ser entendido a través del marco de «Mil Mesetas» de Deleuze y Guattari como una práctica rizomática que transforma el cuerpo en un Cuerpo sin Órganos, deterritorializa y reterritorializa la experiencia corporal, traza líneas de fuga, negocia micropolíticas de poder y subjetividad, manipula intensidades y afectos, y abre un espacio para la experimentación y la creación. Esta perspectiva ofrece una comprensión profunda y multifacética de cómo el shibari puede ser una práctica de transformación personal y relacional.

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