Amantis encerrados II. No Shibari

En la anterior entrega para #encasaconamantis, tras un arriesgado ejercicio de no-definición, dejé pendiente el compromiso de una explicación personal. Es un trabajo imposible definir el shibari pero, tal como decimos en nuestros talleres en Amantis de Gracia, necesitamos un punto de partida para empezar a andar.

Creo que la motivación inicial es el morbo, la idea de atar o ser atado está cargada de un erotismo al principio desconocido que nos lleva a explorar más, y encontramos el shibari, que tiene algo que nos atrae, tan diferente a las burdas escenas de bondage y llegamos al erotismo del shibari japones que nos sumerje n ese japonismo que antes cautivó a los artistas impresionistas, a los fans del manga, a los comedores de sushi.

Amantis encerrados I. No Shibari.

#encasaconamantis nos juntamos, como en un nuevo Decamerón, a contar historias, experiencias, conocimientos de exploradores sensoriales que nos hagan salir del encierro con más ganas que nunca de disfrutar de nuestros cuerpos. Hoy quiero hacer mi pequeña aportación explicando cosas que aprendo cuando hacemos talleres en Amantis de Gracia.

Se llenan de gente fresca, llegan con una gran curiosidad sin saber bien qué les espera. Han visto imágenes, vídeos y en su imaginación el shibari es algo exótico, morboso, artístico…

Y me encuentro ante la tarea de empezar por el otro lado, por el de explicar lo que NO es el shibari, aunque solo sea para evitar la confrontación con una idealización demasiado manipulada.


No es un arte milenario

La idea de un samurai amarrando con cuerdas de arroz a una pobre geisha abandonada en la nieve, adornada con flores de almendro… Toda esa romántica escena de un bonito grabado en papel de arroz es fascinante, pero no. No conocemos en las representaciones eróticas japonesas nada que relacione el uso de las cuerdas con la sensualidad salvaje que ahora imaginamos. No fue hasta ya entrado el siglo pasado, alrededor de 1920 que un artista, clasificado como pervertido, inició lo que ahora conocemos como shibari.

Una buena forma de sumergirse en esa época, en ese momento, es la película Beauty’s Exotic Dance Torture! un biopic muy especial sobre Ito Seiu y el origen del shibari japonés.


No es un arte marcial

Sabemos que Ito Seiu estudiaba las antiguas formas de atar personas que se desarrollaron en Japón, un vocabulario que ha llegado a nuestro tiempo en forma de disciplina, el Hojo Jutsu. Pero, aunque aún hay quien interpreta el shibari en esos términos, la realidad es que estamos muy lejos de poder entender el significado y la trascendencia de esa tradición, y mucho menos de incorporarlo a nuestra practica real. Aun así es interesante saber que existe, interesante si nos gusta tratar o ser tratado como prisioneros de guerra, o delincuentes… (la imaginación es libre)


No es artesanía

Es cierto que el shibari parece que requiere de una cierta habilidad manual, vemos muchos ejemplos de intrincadas estructuras de cuerdas trenzadas con infinitos nudos alrededor del cuerpo. «No tengo paciencia para eso», es la expresión más generalizada de quien ve en el shibari una artesanía de la cuerda, algo parecido al macramé… Y es verdad, nosotros occidentales no estamos preparados para ese tipo de disciplinas, no somos budistas, no hacemos meditación desde la escuela primaria y, por lo tanto, acercarnos al shibari con ese ánimo de precisión no deja de ser un intento vano. Solo hay que ver la destreza de los artesanos japoneses y la sofisticación de los trabajos que realizan para entender lo lejos que estamos de esa filosofía.


No es teatro

Contaba Akira Naka, uno de los más famosos atadores contemporáneos, que la familia de su maestro, Nureki Chimuo, de gran reputación en el teatro tradicional japonés impidió que nadie de su ambiente acudiera a la ceremonia de su entierro y que ni siquiera él, después de años de convivencia, sabe dónde está enterrado. Tal es el desprecio hacia el trabajo de uno de los herederos directos de la tradición de Ito Seiu.

Y es que el shibari no puede ser representación, en las escenas del shibari se busca alguna forma de verdad, alguna forma de hacer visible la verdadera naturaleza de sus participantes. Esto debió confrontar a los artistas del teatro tradicional con esa nueva forma de expresión tan perversa.


No es sexo

Creo que todos llegamos al shibari por esa carga de morbo, de excitación sexual que produce la idea de atar o ser atado. La idea de tener a alguien a tu disposición o la sensación de poder decirle a tu amante «haz conmigo lo que quieras» nos atrae desde que vemos las primeras imágenes o las imaginamos.

Intuimos esa atmósfera tan sexual que se hace real en las primeras experiencias pero, a medida que avanzamos en la práctica, aparecen nuevos componentes que con el tiempo nos llevan a entender que hay algo más allá, algo que si insistimos y todo sale bien nos hace llegar a la expresión «hmm, esto es mejor que el sexo»

Aun así está bien saber que en Japón, posiblemente porque allí el contacto físico es algo ausente en la vida normal, una sesión intensa de shibari puede llevar al orgasmo. Bingo Shigonawa, un interesante atador residente en Tokio, gusta de publicar estos momentos en su cuenta de instagram.


No es danza

En los talleres, desde las primeras prácticas, intentamos conseguir que los movimientos sean lo más armoniosos posible, crear una sensación de flujo que pueda llevarnos a estados como de trance, esto se asemeja al baile, a la danza, a esa conjunción que se consigue en el tango, pero en la danza se requiere que los participantes mantengan su presencia consciente, su control del espacio y el tiempo. En el shibari debemos intentar liberarnos de esa responsabilidad e intentar desconectarnos de la realidad.

Aún así, hay artistas del shibari que crean en ese territorio común con la danza y lo que hacen es muy bello. Nicolas Yoroi es uno de ellos.


No es acrobacia

La intensidad sensorial de las cuerdas es adictiva y nos lleva a buscar más formas de disfrutarla, cuando aprendemos a crear y a recibir suspensiones, a volar, se abre un nuevo mundo de sensaciones. Desaparecen las primeras dificultades, se aprende a controlar la presión, la respiración, los movimientos se hacen más fluidos y se vive una etapa de independencia de quien ata. Una etapa cuasi circense.

Es la presencia más espectacular y mediática, en la publicidad, la música, la moda, lo más parecido a hacer gimnasia, o yoga. Un trabajo personal, independiente, que ha producido obras de innegable belleza.


No es arte

«Es un arte» escuchamos a menudo después de crear una performance o viendo las espectaculares imágenes que se recogen. Esta expresión tan generalizada se refiere claramente al efecto estético resultante de la intensidad que se vive en las escenas de shibari, a la conjunción de las luces, la música y la habilidad de quien ata y es atado para disfrute de quien mira. Pero es solo una de las tres componentes del triángulo del shibari que a veces nos hace olvidar lo importantes que son las otras dos, la relación entre quien ata y quien es atado y que sin ellas la escena se resume a un bonito espectáculo pirotécnico.

Aún así reconozco que los artistas de la escena pueden crear momentos fascinantes, como el gran Otonawa que combina con maestría el humor, sofisticados arreglos florales y su gran habilidad y conocimientos de las cuerdas.


El shibari tiene algo de cada una de estas disciplinas y de muchas más: música, escultura, tatuaje, terapia, meditación, liturgia, ceremonia, magia, hay un camino para relacionarlo con un universo de experiencias, pero el shibari tiene su propio territorio, puede acercarse a cualquiera de los demás pero si se convierte en alguna de ellas deja de ser shibari (imho)

Entonces, después de tantos NOs es cuando llega el momento de explicar lo que es shibari para mí, eso lo dejaremos para una futura entrega de «Amantis encerrados«, pero os dejo con un documento imprescindible, una entrevista con quien es el eslabón que une la cultura japonesa del shibari con la escena local en España, en Barcelona, Osada Steve, pronto explicaré en otra entrega por que la escena del shibari en España le debe tanto.

Entrevista, 2014

Revista BEDESEME EMAG

¿Cómo te describirías a ti mismo en el tamaño de un Tweet?

Atador

¿Cómo empezaste a interesarte por el Bondage/Shibari?

Un día, mi pareja me dijo: “átame” y ahí empezó todo. Con el tiempo he visto que no me interesa el Bondage en general, solo el Shibari, el modo en que algunos atadores japoneses usan las cuerdas para dar placer a las mujeres y todo lo que hay detrás de ese sencillo acto, la tradición, la técnica y las extrañas sensaciones que no pueden conseguirse de otro modo.

¿Es difícil empezar y avanzar en este tipo de arte?

Empezar es fácil, solo hace falta una cuerda y un/a modelo. Después te das cuenta de que el camino es infinito y que nunca sabrás ni una mínima parte de lo que hay detrás de esos dos elementos tan simples, entonces te relajas y te dedicas a seguir aprendiendo y disfrutando.

Dentro del Bondage hay varias especializaciones. ¿Podrías  indicarnos cuáles son y qué diferencia hay entre unas y otras?

La respuesta a esa pregunta ocuparía una biblioteca completa. No hay especialidades, hay actitudes y cada atador que se haya tomado en serio el aprendizaje es un mundo. Si hay que hacer una diferenciación yo diría que hay dos actitudes: La de quien ata para… es decir, quien utiliza la cuerda como un instrumento más en sus prácticas y la de quien ata para disfrutar del hecho de hacerlo. Los japoneses nos enseñan esa segunda actitud que es la que a mí me interesa.

¿Encontrar modelos para practicar es una tarea sencilla?

Para un atador principiante o con pocas habilidades es muy difícil, las primeras fases de aprendizaje son muy molestas, lo único que puede compensar eso es que manifieste mucho interés y que lo contagie a él/la paciente modelo que tiene que aguantar meses de prácticas. Combinar los ejercicios complicados con algo más sencillo que permita al atador dar un poco de “esa sensación tan agradable” también ayuda a que la modelo vuelva otro día.

¿Cuál es la parte con la que más disfrutas al atar?

En el Shibari solo hay una parte, atar.

¿Qué consejo le darías a alguien que se quiere iniciar?

Es difícil dar un solo consejo porque hay muchas formas posibles de acercarse al Shibari. El principal sería que se documentara primero, pero la información que se puede encontrar está dispersa y muy contaminada, el mejor libro por el que empezar es “The Beauty of Kinbaku” de Master K. En él se entiende perfectamente la historia del Shibari y por qué estamos haciendo esto ahora. Después hay que aprender de un buen profesor, a ser posible japones o lo más directamente relacionado con una escuela japonesa. Y después practicar, practicar, practicar, asumir que nunca vas a saber más que una ínfima parte de lo que es el Shibari y seguir practicando.

¿Cuáles son tus referentes en este tipo de artes y por qué?

He estudiado con varios profesores japoneses o de procedencia japonesa, cada uno de ellos es una referencia importante, Osada Steve nos enseñó a movernos en la escena y, por ser occidental, consiguió trasladar los conceptos básicos a nuestro entendimiento. Hajime Kinoko nos dio su visión a la vez tradicional y contemporánea del Shibari japonés, Con Yukimura Haruki empezamos a entender el concepto “atar para complacer a las mujeres”, la comunicación profunda a través de la cuerda y, sobre todo, la relación del Shibari con la tradición, la caligrafía, las artes marciales. Otonawa demuestra como el Shibari puede estar relacionado con el teatro, con el humor, con el Ikebana.

¿Qué tipo de material es el más aconsejable para evitar daños?

El Shibari se hace con cuerdas de yute. Es una fibra vegetal, muy ligera y segura. Hay quien utiliza cáñamo por el olor, que es más intenso y especial, pero es mucho más difícil de manejar y estéticamente inferior. Se desaconseja totalmente el uso de cuerdas sintéticas, aunque están apareciendo materiales que mimetizan muy bien las fibras naturales, van bien cuando hay problemas de reacciones alérgicas a aquellas. En todo caso, la seguridad no reside en el material, la mejor manera de evitar daños es conocer lo más a fondo posible las técnicas de atado, la anatomía del cuerpo de la modelo, y tus propias limitaciones. Hay dos fases en las que se producen la mayoría de los accidentes: al principio, por desconocimiento y falta de experiencia y al final por excesiva confianza.

¿Cómo se prepara una sesión de Bondage/Shibari?

Es muy sencillo, se sacan las cuerdas de la bolsa, y se espera a que la modelo te mire como diciendo: ya. Por supuesto que antes has pensado, hm, voy a hacer esto y esto, pero una vez has empezado, se olvida todo y siempre sale algo distinto. Hay que dejarse llevar.

¿Por qué crees que resulta erótico inmovilizar o restringir el movimiento?

Hay muchos aspectos agradables, no solo eróticos, en la inmovilización. Para quien lo recibe, cuando todo sale bien, es un estado de abandono que te saca del tiempo y del espacio, el cuerpo interpreta las cuerdas como una agresión y crea una reacción anestésica muy especial. Para quien ata, la sensación de que alguien se entrega a ti se mezcla con la extrema responsabilidad de tener su seguridad en tus manos. Para quien observa la escena, es la estética, la emoción, la habilidad, los momentos casi mágicos que se crean. El erotismo es una ínfima parte de todo lo que sucede en una sesión.

¿Hay que tener unas características especiales para ser atado?

Se pueden dar sensaciones muy intensas con una sola cuerda sin someter a ningún esfuerzo físico a quien lo recibe, pero, si quieres ser una modelo, necesitas saber cosas. Hay una técnica en la modelo para poder recibir la cuerda con intensidad, saber respirar adecuadamente, adaptar tus posiciones en una suspensión y, sobre todo, adaptar tu mente para conseguir el estado adecuado.

¿Qué meta te has planteado en el Bondage/Shibari?

Quedan muchas cosas por hacer, me gustaría conseguir que este trabajo se acepte y se entienda, que se integre con otras disciplinas artísticas, que se exponga y se disfrute en espacios públicos con normalidad, que esté en una galería de arte, creo que falta poco para eso.

¿Algo que no hayas realizado aún entorno a estas artes?

Aún no he estado en Japón. Quiero asistirá las clases de un maestro allí, quiero ver los espectáculos en los clubs de Tokio, no he atado nunca a una mujer japonesa.

¿Disfrutas lo mismo atando a hombres que a mujeres?

No, prefiero trabajar con mujeres.

¿Cuáles son las principales diferencias entre atar a un hombre o a una mujer?

He atado a pocos hombres y de manera muy ocasional, la sensación que tengo es que son más rígidos, como si les costara más dejarse llevar. La densidad del cuerpo de los hombres es mayor y eso dificulta más las suspensiones y las diferencias anatómicas condicionan la estructura del atado, pero la diferencia mayor está en lo emocional, las mujeres se sumergen en un estado más profundo, más sensitivo, aunque es sólo mi experiencia y estoy condicionado por la respuesta a la pregunta anterior.

¿El Shibari es una práctica más espiritual que sexual?

No creo en el concepto “espíritu” me suena a religión y a falsa mística, pero es verdad que el Shibari mueve sentimientos profundos y multiplica las sensaciones más allá de lo sexual, también es muy orgánico y animal, es una mezcla de todo eso.

¿Tiene que ir siempre relacionado el BDSM y Shibari?

No, de hecho, intento con todas mis fuerzas que mi trabajo no se relacione con el BDSM porque de alguna manera se contamina. La confusión de que la modelo ha de ser sumisa, el vocabulario tópico, el ambiente endogámico… no me interesan. Admiro a quien intenta normalizar los comportamientos que se enmarcan en esas siglas y colaboro siempre que puedo para hacerlo, pero queda mucho camino por recorrer, sobre todo en la cultura latina.

¿Qué ambiente es perfecto para realizar un Shibari?

No lo sé, he creado escenas en ambientes muy distintos, la intimidad de tu habitación, en medio de 100 personas en club iluminado por rayos láser, al lado de un grupo de jazz con el saxofonista tocando a 10 cm de la modelo, en una nave abandonada a 5 grados con la modelo tiritando de frio, en una reunión de amigos… el ambiente se crea desde el momento en que despliegas la primera cuerda.

¿Tienes algún proyecto a corto plazo que quieras compartir con nosotros?

Este año está lleno de proyectos. Hay en marcha varias colaboraciones con fotógrafos con los que me gustaría definir un poco más un estilo propio que funcione bien en imágenes estáticas. También están en marcha dos proyectos de cursos, uno abordará el aprendizaje del Shibari desde un punto de vista más abierto, explorando la faceta del contacto, la comunicación, la sensualidad, y otro más avanzado para quienes quieran perfeccionar la técnica y explorar el campo de las suspensiones y la exhibición pública, el lado más estético del Shibari.

¿Algo que añadir?

Agradecer y desear que vuestra revista siga a delante y normalice eso tan complejo que se llama BDSM. Gracias por vuestro interés en el Shibari.

BeDeSeMe test

Un color: Blanco

Una comida: Un cocido en invierno

Un lugar: La meseta en otoño

Un libro: Antifrágil, de  Taleb

Una canción: What If, de Teho Teardo & Blixa Bargeld

Una película: Las fabulosas ensoñaciones del lector imaginante, de Pilar Aldea.

Un sueño: Dedicarme solo al Shibari

Un fetiche: Los olores de cerca

Una manía: Comer, quiero quitarme

Cita favorita: “Muérdeme, no muy fuerte, pero no muy flojo”

El poder de youtube

De vez en cuando visito de nuevo este video, estoy muy orgulloso de su contenido y del cariño con el que Noemí me trató ese día y la deliciosa producción que hizo Albert.

Pero, lo que más me fascina son los comentarios que van apareciendo durante estos años, no los de quien hacen cumplidos y disfrutan de lo que ven, lo que más me sirve son los cientos de textos que manifiestan un odio o desprecio profundo por lo que con tanto amor hicimos. Cuando tengo ataque de ego subido voy a verlo y agradezco que me devuelvan a la triste realidad.

Me lo he guardado aquí en mi web después de ver que ha sido censurado y vetado en algunos canales. Sigue publicado en youtube, esperemos que por mucho tiempo.


pero la chica como que está dopada sedada cierra los ojos alguien explíque


A la mina le da placer que el viejo la agarre y la toque ? medio fuerte su gusto. que me aten todo bien, que me ate alguien que no me gusta, todo mal. Ademas le re miró las tetas maaal. Despues de esto tuvieron sexo? El viejo le re toca las tetas. la puta madre.. la mina tuvo un orgasmo


grotesco


En mi ciudad bi podria hacer eso ya me secuestrarian o robarian mis cosas o peor venden mis organos disfruten las q puedan


Nose porqué esto me causa rechazo


La Bella y la Bestia. Hermoso video.


Esto es una puta mierda 🙂 Esto no es apertura de mente. Es tener la mente o bien controlada o bien profundamente trastornada. Otra puta mierda más como el «arte» del bonsái. Qué guay, qué sofisticado y profundo es todo lo que viene de oriente. Me gustaría saber cuánta gente es consciente de la mierda de vida que se estila, que impera y que empeora en Japón.
Qué transgresor y empoderante es hacer que la vida gire en torno a la distorsión sexual. Vais de libres y chachipirulis por la vida normalizando todo lo que radicalmente procede de la oscuridad más absoluta. Lo mejor es que la mayoría no tenéis ni puta idea de qué va todo esto. Los evolucionados seres de luz poliamorosos. XDDD
Continuad, por favor, veremos cómo acaba toda esta payasada.


Perdón pero me super repugna el min 1.58. Parece como cuando no quieres algo y haces esa risa como llenándote y el otro te agarra, horrible, lo mirè dos veces, tratè de ver algo algo placentero pero no. Tal vez puede ser porque lo veo al señor un poco mayor no lo se, no lo puedo digerir por lo menos a este vídeo especifico.


Me parece un tema super interesante y respetable. A mí por ejemplo no se me pasa por la cabeza hacer algo así pero respeto que a ti te guste y además se nota por tu mirada lo extasiada que quedas, pero pienso que hay personas que nunca podrían disfrutar del shibari, por 1000 razones. Hay varios momentos del vídeo donde me ha dolido solo de ver cómo te ataba. Por ejemplo cómo tenías atados los pechos, no puedo creer que no te dolieran… 😣 y por otra parte hay momentos en los que me ha parecido super bonito, ver esa complicidad entre los dos y a ti tan embelesada. Gracias por estos vídeos Noemí.


Este video me dio ganas colgarme… pero del cuello.


Hay q tener unas enormes ganas de llamar la atencion para subir esto, que grima


Mi mente aún no está preparada para esto se me hace muy extremista, siento sensación feas, pero al que le guste bien por ello.


El amor es libre y esto es pura posesión y sumisión. Además el tío tan abuelete no me parece nada erótico.


Que enfermizo todo..


Qué desagradable… No he podido ver ni dos minutos…


Respeto pero me dio mucho miedo sus caras ;(


No es necesario que abras tu mente, está bien como está. Esto no es más que una normalización dulcificada de la tortura, del sadomasoquismo. Por eso te impacta. Porque estas prácticas enmascaran pulsiones y emociones horribles. Es satánico.


Creo que con respetar es suficiente. Yo intenté ver el video pero no pude terminarlo. Siento lo mismo que tú: es chocante y me causa rechazo. No concibo la idea de no tener el control de mí misma.


Por dios a mi me ha resultado super incomodo ver esto, una cosa es que vayas a experimentar pero es que tenías una cara de querer tirarte a el tio ese y encima parecia que estabas teniendo un orgasmo, nose a mi no me resulta muy agradable que un tio que no conozco me manosee de esa manera.


A mi me ha producido mucho rechazo, supongo que es porque tengo muchos perjuicios, lo respeto pero no lo comparto.


Cual es el motivo de que pongas cara de orgasmo mientras te ata? Jajajajaj


Es normal que en esta práctica el señor le mordisquee los pies, le introduzca los dedos en la boca y cosas asi?


deberiamos replantearnos por que vemos bello la sumisión de la mujer


esto solo perpetúa la sumision de la mujer en el sexo y las relaciones de poder/vejacion hacia la mujer en el sexo. Todo mal, si lo quieres practicar, hazlo, pero difundirlo y promover lo que se el feminismo quiere acabar (dejar de erotizar la sumision de la mujer en el sexo, aunque sea infoensivo); como feminista deberias replanterartelo.


Hay muchos más, mejor síguelo en youtube